miércoles, 27 de abril de 2011

La despedida


Quién sabe, quizás, si la vida fuese,
más que dolor, futuro y quimera,
sensual y querible, real real y serena.
Quién sabe, quizás, las sombras lo son.

Quien sabe, quizás, si tu amor fuese,
más que razón, ternura y espera,
más que miradas, de pasión repletas.
Quién sabe, quizás, el mañana lo sepa.

Estoy condenado a vivir esperando,
que llegue la dicha, que has prometido
traer a mi vida, que voy arrastrando.

Entre las sombras, sin haber bebido
del feliz anhelo, de verte a mi lado.
Sin ti, me falta todo!, Sin ti, no he vivido!.

No sé cómo encontré éste poema tirado en el suelo de mi cuarto, ya no me acordaba de que existía. Hace un tiempo, alguien me regaló éste poema, alguien que ya no está.
Hace cuatro meses lo dejé partir a buscar su felicidad, que ya no estaba a mi lado, y hoy tiene una nueva ilusión, nuevos sueños y me alegro por eso, porque lo amé tanto (ciegamente) que nunca me di cuenta de que todo lo que sufrí a su lado era simplemente porque el ya no me amaba, y no quería lastimarme al decírmelo.
No se cuándo se rompió éste amor, porque sé que los primeros doce años fuimos felices. Él también sufrió al no tener el valor para decirme que ya no me amaba.
Hoy, trato de seguir mi camino con la ayuda de Dios y mis hijos, pero su partida no es lo que más me duele hoy, sino su desprecio y su odio, que no quiera verme ni hablarme después de veinticinco años juntos, cuatro hijos, tantos momentos felices, tantos tristes. Pasamos juntos tantas cosas, que no sé qué tanto daño le pude haber hecho, como para que ni siquiera le haya quedado un poco de cariño como madre de sus hijos, o como amiga.
Le pido perdón por no haberme dado cuenta antes de que él ya no era feliz en nuestro hogar, nunca quise lastimarlo, porque yo sí lo quiero mucho, y lo perdono como lo hice siempre, sin reproches ni reclamos, porque en mi corazón y en mi mente sólo quedó el recuerdo de los mejores momentos que vivimos, y siempre podrá contar conmigo.
Hoy lo bendigo, en el nombre de Jesús que es mi roca y mi fortaleza en este tiempo que me toca vivir.

Besos. Kira.